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miércoles, 23 de septiembre de 2009

ORACIÓN“¿DIOS CON NOSOTROS, QUIEN EN CONTRA NUESTRA?”





ORACIÓN“¿DIOS CON NOSOTROS, QUIEN EN CONTRA NUESTRA?”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA MIERCOLES 23 SEPTIEMBRE DE 2009.

O R A C I Ó N
Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó. Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? Amen y amen… (Fragmentos de la Epístola de San Pablo a los Romanos, capítulo 8)





C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

La condición de hijos de Dios es un privilegio concedido por nuestro propio creador. El nos dio la vida, el libre albedrío y la capacidad de elegir y decidir según nuestra voluntad. Lo que ocurre es que los seres humanos somos en algunas oportunidades muy débiles y poco resistentes ante los continuos ataques del padre de la mentira, del demonio o de cualquiera de sus manifestaciones. Por otra parte no confiamos lo suficientemente en la santa voluntad y el poder de nuestro gran Dios. Nuestra fe es frágil, flexible, blanda y la mayor parte de las veces se desmorona frente a cualquier dificultad o adversidad que se nos presente, independientemente de que ésta sea muy pequeña o de importancia menor. No es conveniente olvidar que Dios Padre, para reivindicar al hombre con ocasión de su desobediencia o pecado concretado en el edén, decidió por la misericordia suya ,enviar a su mismísimo hijo nuestro señor Jesucristo, a quien le instruyó la misión salvífica de la humanidad. Como efecto de esta celestial decisión, Jesús, el verbo encarnado, humano como nosotros, pero distinto en cuanto a que nunca cometió pecado, se sometió voluntaria y libremente a un sacrificio que lo llevaría a una muerte desgarradora, extremadamente dolorosa, ignominiosa, deshonrosa, en la cruz, en el madero del suplicio, en el Gólgota de la injusticia. Tan ilimitado es el amor de Dios hacia el hombre, que prefirió sacrificar a su propio hijo para salvar el alma de sus criaturas. Y es tan grande la obediencia y el profundo sentimiento de solidaridad, cariño, afecto y amor de nuestro señor Jesucristo por nosotros, en su condición de hermano nuestro y de hijo de Dios, que en sus últimas palabras, antes de exhalar su último suspiro, pidió a su Padre que también es nuestro padre, que perdonara a sus verdugos porque no sabían lo que hacían. He allí el papel mesiánico y redentor de Jesús. Entonces ¿por qué dudamos de la veracidad de las promesas y de las palabras y enseñanzas de Dios? ¿Cuáles son las razones por las cuales nuestra fe no , es que vivimos alejados de la palabra de Dios. No escudriñamos la santa Biblia, ni procuramos el encuentro diario con Dios. Si realmente viviésemos bajo la tutela el control, la orientación y la protección de nuestro buen Dios, otra sería nuestra realidad. San Pablo al dirigir su epístola a los romanos nos recuerda: " Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio.
Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos;
y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó. Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?”
Animo, gozo, alegría...


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